Un partido muy parejo fue el que regalaron estos dos equipos, lleno de intensidad, tackles, corridas, tácticas, técnicas y mucha disciplina en el Campo de Deportes de UNC.
Los Dragones golpearon primero, que vestidos de verde emularon a los Green Bay Packers. En la mitad del primer cuarto llegaba el primer touchdown.
Dragones se aventajaba ante uno de los “cucos” de la categoría sumando el punto extra, 7 a 0.
Un cotejo muy trabado; jugado como en el ajedrez, lento y con paciencia, y así Coyotes llegaba a la línea final del contrario y lograba marcar su primer touchdown de la temporada.
Minutos más tarde, el equipo vestido de negro lograba un gol de campo y terminaba la primera parte del encuentro 10 a 7 arriba.
Caía el sol y arrancaba la segunda mitad, estos guerreros del verde césped ya se parecían a las grandes figuras que vemos en la NFL. Coyotes pisó fuerte primero y mantuvo el buen nivel que presentó en el final de la primera parte.
Volvía a invadir el touch final y sumaba seis puntos más a su marcador, que luego se convertirían en siete porque le agregaba el punto extra. El marcador quedaba en un parcial 17 a 7 a favor de los de negro.
Parecía que el último campeón del torneo se llevaba la victoria, pero lo lindo del deporte es que te da sorpresas. Dragones llegó a quebrantar la defensa del rival y se presentó en la raya final del rival. El partido quedaba 17 a 14 a favor de Coyotes.
Dragones atacaba y atacaba y Coyotes defendía y mantenía la calma, presenciamos un terrible partido; una guerra digna de aplaudir.
Un juego frío era el que estaba plasmando el equipo de camiseta negra, parecía que de tanta concentración y serenidad llegaría nuevamente a un tanto porque Dragones no podía con la táctica del rival.
Los “Verdes” lograron interceptar la pelota en su propio campo, y después de una corrida de más de 40 metros, llegó el tanto final de la tarde y así estiró la ventaja 20 a 17. Para coronar una hazaña, sumó el punto extra y el partido terminó 21 a 17 en favor de Los Dragones.
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