Fue por 18-7 con Reds en Vélez, donde la semana pasada habían conseguido su único triunfo en el torneo.
El objetivo de lograr el segundo triunfo consecutivo en el Super Rugby no quedó demasiado lejos en el resultado -fue una diferencia de 11 puntos, al cabo- pero sí apareció a kilómetros de distancia en el juego, más por defectos propios que por virtudes ajenas.
Así, otra vez en un Vélez semi desierto, Jaguares perdió por 18 a 7 frente a Reds y sumó su cuarta derrota en los primeros cinco partidos de la nueva temporada.
Está claro que el balance, en los números, es ampliamente negativo.
Pero lo que más preocupa es el nivel de juego de la franquicia argentina que sólo en buena parte del partido ante Waratahs pudo llevar adelante ese rugby que pregona, de solidez e intensidad.
Este sábado el equipo chocó contra un adversario que fue mejor, de una superioridad física manifiesta y una actitud muy agresiva a la hora de defender.
Sin embargo Jaguares no perdió sólo por esos méritos del conjunto australiano: también hizo lo suyo como para terminar derrotado.
La expectativa por repetir al menos parte de lo que se había realizado una semana atrás, aún contra un adversario sin tantos Wallabies en su plantel pero evidentemente superior a Waratahs, llevó a la frustración.
Reds fue, como dijo Mario Ledesma en el análisis final, un equipo “más clínico” que terminó dejándole un manto de dudas a Jaguares, que en seis días volverá a enfrentar a Lions, esta vez en Liniers.
Será una semana en la que habrá que hablar mucho y entrenar varios aspectos del juego que necesitan ser mejorados de una manera inmediata.
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